CULTIVANDO LA QUIETUD EN UN MUNDO QUE NO PARA
Somos personas ocupadas. Durante el día nos movemos frenéticamente. Escasamente tenemos un momento de verdadero descanso y reflexión. Se nos dificulta comprender la idea de la quietud, de dejar nuestra ansiedad, preocupación e impaciencia en las manos de un Dios amoroso y capaz. Pero esto es exactamente a lo que somos llamados.
En Calma, alma mía, la apreciada autora Elisabeth Elliot nos ofrece una colección inspiradora de reflexiones sobre cómo vivir la vida cristiana; una vida que no se trata tanto de hacer como de recibir gracia, paz y descanso para nuestras almas cansadas. Elliot nos muestra lo asombroso y hermoso que es descansar en Dios.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.