No solo necesitamos hacer evangelismo, sino también desarrollar estrategias evangélicas contemporáneas que nos den la confianza de que, bajo la mano de Dios, serán efectivas. Necesitamos sabiduría evangélica, lo mismo que labor evangélica.
Necesitamos trabajar en evangelismo local, pero también en el plan evangélico global de Dios. Esto nos alerta respecto a nuestra propia nación, lo mismo que respecto a las demás naciones. La estrategia evangélica incluye la pregunta: ¿cómo debemos evangelizar nuestra nación?
Thomas Cranmer, Arzobispo de Canterbury en 1532-1556, planificó y trabajó para llevar esto a cabo desde la perspectiva de la teología y la práctica anglicanas reformadas. No podemos duplicar su plan en detalle, pero él puede inspirarnos y además enseñarnos los elementos clave de tal plan.
¡El contexto de su ministerio tenía ventajas y desventajas! Nuestro contexto tiene la misma combinación. También podemos aprender de la capacidad de Cranmer de trabajar efectivamente en su contexto, a pesar de los muchos problemas y el sufrimiento que soportó. Dios lo usó para evangelizar su nación en su tiempo. ¡Que Dios nos use a nosotros para la gloria de su evangelio!
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